Mañana todos saldremos con la frasecita de siempre. Todos tenemos un niño adentro. Mentira. Los mayores ya no somos niños. Siempre fue así. Desde que el hombre bajo de los árboles y anda por la tierra. Es deber del que creció, apoyar y proteger al que todavía no puede cuidarse por si solo. Mañana muchos políticos, repartirán juguetes, inauguraran alguna plaza y reirán juntos a unos pequeños. Son los mismos, que después anuncian medidas que aumentan la pobreza y el hambre de los chicos. Algunos dirán, nuestro Señor dijo: “Dejad que los niños vengan a mi”, los mismos que cometen o callan abusos horrendos. Muchos mañana hablaran de la niñez y su inocencia y después apoyaran el aborto. Y los chicos ahí, ni enterados, no les importan esas mentiras e hipocresías. Ellos hacen lo que Dios nos mando hacer. Vivir, solamente vivir. Todos tenemos un niño adentro. Jaja. Cuando fue la ultima vez, que nos sentamos a disfrutar algo, sin preguntarnos su precio o como se habrá fabricado. Cuando nos perdimos en el mundo de la fantasía, sin complejos ni vergüenzas. No somos niños. No insultemos a los niños queriendo parecernos a ellos. Cuidémoslos todos los días. No el primer o segundo domingo de agosto o el día que les convenga a los comerciantes.
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